jueves, 12 de febrero de 2009

Bienvenidos, estimados lectores.


Pues este es un texto que pretende dar la bienvenida a los lectores, aunque las divagaciones propias de un escritor amateur se hacen presentes. De manera formal agradezco la visita de ustedes, esperando que mi prosa no les sea indigesta. Saludos.


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Y yo que pensé siempre que era una persona de bien, sólo ahora me doy cuenta de que estoy hecho para las letras, esos signos cuneiformes que dan vida a los pensamientos más vagos de los que nos decimos, en palabras de Xavier Velazco que alguna vez lo vi en un canal de televisión, el único que vale la pena de vez en cuando, “escritor sólo es aquél que logra ser lo suficientemente necio para quedarse en el hecho de la escritura”.


Ahora que todo es claro puedo encontrar paz en el fondo de mis pensamientos, y considero que el marasmo de ideas que siempre he traído encima son normales. Porque los escritores, por lo que he podido observar, antes que nada, somos buenos oradores (o al menos creemos serlos y por eso siempre estamos hablando, con o sin auditorio alrededor).


Somos seres arborícolas porque siempre en la cabeza (las ramas) tenemos metidos a nuestros escritores modelo, ideales inalcanzables en forma, estilo o tiempo salvo pocas excepciones, que rondan cada escrito con centelleante paciencia, una lupa en la mano y un ojo clínico, además de un crayón rojo en la otra que subraya aquí y allá los errores fatales que surgen en estas páginas plagadas de ideas inconexas o de frases sobrantes, falta de preposiciones y sobra de muletillas, párrafos engullidos que dejan atrás sólo 2 enunciados en un vacío entre un título y otro.


En el corazón (el tronco) incluimos las obras más entrañables, aquellas que nos definieron como lectores ávidos, como niños lectores que se identificaron con un cuento de héroes o de piratas, de playas azules y animales fantásticos, de cuentos de horror que causaron múltiples pesadillas que pueden persistir o de historias de lugares utópicos o imposibles de encontrar físicamente, pero que por alguna razón nosotros sabemos que algún universo paralelo contiene.


En las raíces tenemos cada nuevo libro, escrito, vivencia, canción, etc. cualquier cosa que nos alimente para seguir viviendo la experiencia del proceso de creación con todos los instrumentos que nos acerca el mundo exterior. Ese es nuestro verdadero alimento y retratamos nuestras vidas en estas tablas de arcilla a fuerza de cincel y mazo. Cada letra queda llena de un ADN perenne que será nuestra forma de trascender, nuestro concierto eterno lleno de desvarianzas y aciertos, a veces mucho más constructivas las primeras que las segundas, y esto, sentimos, nos llevará al mundo que no pueda visitar nuestro efímero organismo.


El proceso de convertirse en una persona escribiente no es fácil. Más de una vez me han tachado de “raro”, “diferente”, “apartado”, “correcto”, “incorrecto”, “chorero”. Mis lectores han pasado por toda gesticulación posible. Al terminar un escrito incluso algunos pierden expresión, y dan media vuelta para nunca hablarme de nuevo. ¿Es esta una profesión de resistencia entonces, mi estimado Velazco? Vaya que llevo poco en este rubro y hasta de mí mismo caigo rendido. Porque bien decía un griego que uno nunca se baña en el mismo río, y vaya que es cierto, pues al releerme puedo incluso estar en desacuerdo con lo que una vez escribí y/o pensé, aunque jamás arrepentido.


Lo que sí observo con tristeza y con miedo es la poca lectura que se ejerce en el país, al menos en mi generación. Esta ola de nuevas tecnologías de la comunicación han dado poco más o menos una ayuda a los medios que antes eran hegemónicos para establecerlos como tales y desplazar la libertad que uno tenía de leer sin luz eléctrica o de pararse en las bibliotecas y librerías, tan bonito que es plantarse a leer un libro en la librería de tu preferencia y no pagarlo. Vas lo lees de a ratos en algunos días, y no lo pagas. Y ahora mucho de lo que viven los jóvenes es una reproducción masiva de resúmenes de libros y de críticas de los mismos. Se ha reducido la capacidad de análisis sobre la población estudiantil. Aunque ya hay escritos que pueden pasar completos del autor a su lector sin intermediarios, o libros enteros escaneados o convertidos a formatos que permiten su lectura en la red. Y nos adentraremos entonces al viejo tema filosófico de las ventajas y desventajas de la tecnología para la humanidad.


Por eso la próxima entrega de este blog tendrá como fin explicar mi Proyecto en la UNAM que cuenta ya con algunos inquietos como yo que pretedemos crear un cambio.

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