martes, 30 de junio de 2009

Hermandad ecológica.



Si la fotosíntesis artificial nos pudiera permitir llegar a ella con un compuesto adecuado, estable, que nos permitiera almacenar la energía, mantenerse polarizada durante un tiempo para poder interactuar con otras moléculas, la vida sobre la tierra cambiaría. El modo natural más perfecto y perdurable para almacenar energía solar sería del dominio de la humanidad entera, y muchas de las formas antiguas, anquilosadas, amancilladas serían destituidas. Perderíamos la dependencia de combustibles fósiles, y una que otra institución (Pemex, Shell), país (Arabia Saudita), o grupo de interés (Texas, los sindicatos de las petroleras) estarían (¿están?) en contra de la utilización de energías alternas.


La planeación de un sistema estructural que soporte este tipo de investigación que a la postre se convertirá en el eje del motor de la humanidad es un posible escenario en que México se puede colgar y nos puede sacar del anonimato para ponernos en primera plana dentro del diario que escribe el planeta en el día a día. Apenas comenzamos en la carrera espacial, cuando hay naciones que nos llevan más de 50 años en su consecución. Sin embargo uno de los activos más importantes que nos han dejado civilizaciones pasadas y que aún se encuentran presentes en nuestros genes (opinión poco sustentada científicamente, pero que es una forma de expresarlo y espero me lo permitan) es la manutención de un equilibrio entre el bienestar natural global y el de la humanidad, que irónicamente se sustenta sobre el primero. ¿Por qué no apegarse a esa gran evolución cultural que perteneció a nuestros antepasados y realzarla, reutilizarla, reciclarla, readaptarla y sacarla a flote? De niño, recuerdo con gran añoranza, la gran enseñanza que me dieron los libros de historia fue que nuestra antigua Tenochtitlán fue un lugar que, antes que funcionar como refugio de seres humanos, participaba íntegramente en la veneración del equilibrio entre la existencia de los homo sapiens sapiens y los demás individuos que conformaban el ecosistema. Con el pecho inflado me sacudía las letras de la mente y sólo quedaba la imagen pura del gran avance científico que lograron nuestros tatarabuelos mayas con recursos tan puros y tan cuidados, tan bien administrados. Ese es un ACTIVO. Es una herencia, un patrimonio que debería de refulgir en el centro de nuestra actual existencia. Es un faro, una piedra filosofal que nos indica el camino a seguir como raza, como sociedad no mexicana, no hispanoamericana, sino mundial.


Entiendo que Maltus tiene una teoría más que sólida sobre el destino humano regresivo hacia las cavernas y retroactivo al conductivismo hobbesiano habitual, más parecido a una mezcla de Cuando el destino nos alcance, Seaworld (Mundo acuático), MadMax y dirigido por Benicio del Toro. ¿Pero aún hay salvación?


Con este texto realzo la parte nacionalista que me inculcaron, pero no es la principal tesis, los colores fronterizos me resaltan por tradición, pero ahora que han desvanecido su importancia (Globalización, TLCAN, Unión Europea, etc.) dejan al frente los problemas comunes que enfrentamos como civilización global. No importa si eres de Brasil, de Argentina, de Colombia, de Nicaragua, de España, de Cuba, de Estados Unidos, de Groenlandia, de Islandia, de Tailandia, de Francia, de Polonia, de Sudáfrica; musulmán, católico, mormón, protestante. Para respirar y comer no hay diferencias, Porque si la antes URSS dejó un almacén de armas biológicas que nunca se destruyeron nos afecta. Si las empresas transnacionales que contaminan más al mundo siguen empeñadas en dejar de lado la prevención social y no sólo la medio reparación de los daños que nos causan con sus actividades, nos afecta.


Abogo por la búsqueda permanente de la sustentabilidad. Anuncio públicamente mi compromiso con mi planeta, mi tierra, mis recursos que también son los tuyos, los de tus familiares, los de tus vecinos, los de tus amigos y enemigos, de tus mascotas. Y no basta con un movimiento de consciencia. Acciones, escritos, canciones, películas, anuncios en medios masivos de comunicación; nos falta un replanteamiento de vida humana. Porque sí se puede vivir en un mundo diferente. Sí podemos salvar a las especies en extinción (porque ellas se apagan, y se liberan del problema, pero al final sólo quedaremos humanos, al paso en el que vamos, ¿imaginan un mundo de una única raza?). Es hora de que comencemos a movernos, a despertar, a obligar íntegramente a la sociedad a cambiar, y las acciones se conocen: rechazar las bolsas de plástico en el supermercado, cuidar el agua, utilizar energías renovables (¿no están hartos del precio de la luz y de la gasolina?), usar composta hecha en casa, reorganizar la azotea para que sea verde (que además nos ahorra 25% del predial /espero no equivocarme en el dato/, sembrar mi propia verdura (¿lo han pensado? Además de ser una terapia podemos controlar el riego, la higiene, la calidad y sobre todo, el precio, para evitar las alzas bruscas por especulación, sobredemanda, temporada), etc. basta con buscar las acciones en internet (googléalo). Este es un deber generacional que acepto con gusto. ¿Se atreven a ayudarme? Un comment con un simple sí me ayudaría a saberlo, y espero que no sea un sí que sólo tecleen, sino que sea un verdadero compromiso con ustedes mismos. Gracias de antemano por el apoyo.

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