jueves, 12 de febrero de 2009

Desde las aulas de la UNAM


Pues heme de nuevo con ustedes, madurando la forma de expresarles la nueva idea que ahora escolta mi imaginación, espero no halle el lugar incómodo, que se me fuga o se me va sin siquiera dejar el pago de la estancia. Decía Hipólito Taine: “Nada tan peligroso como una idea amplia en cerebros estrechos.” Ahora me pregunto cómo es que muchos han caminado por la Tierra sin una hidrocefalia marcada.
Todo nació el día en que una obra literaria quedó desacomodada del librero. Yo recordaba la portada pero no haber siquiera echado un vistazo a la hoja legal, no recordaba su lomo y menos sus solapas. Su olor me era insólito, su sola presencia parecía indigna junto a los demás volúmenes que no le dejaban ni respirar.
Era un extraño para mí como yo lo era para él. Es como darle hospedaje a un insecto nocturno (como las palomillas) que estará activo cuando uno ponga la oreja en la almohada y de que uno se despierta poco puede advertir del somnoliento animal. Decía algo así como “El Ateneo de la Juventud. (A-Z)”, De un autor llamado Fernando Curiel Defossé. Me asaltó la tentativa de acercarme a acomodarle y al llegar preferí cargarlo conmigo para hacerle un espacio en otro lado. Como es costumbre, olvidé la intención, le paseé y terminó en mi bureau al lado de Stephen Hawking, H.P. Lovecraft, de Neruda, Borges y compañía. Hube terminado las obras anteriores y quedóse sólo el libro de Fernando. No me llamaba mucho la atención, pues, como todos en primaria y secundaria, llevé historia de la Literatura Hispanoamericana y sí, el profesor era más aburrido y arrugado que una momia con estrías.
Recordaba el movimiento del Ateneo vagamente, y a pesar de mi incursión en la Universidad Nacional Autónoma de México, los Vasconcelistas y HenríquezUreñistas se me habían escapado del camino. Algo sabía yo de Alfonso Reyes (poco más que decir que pasé sin mucho sol y con más sombra por el Colegio de México, capítulo de mi vida que ya después describiré). Una noche solitaria en que desesperado pensaba en que la mariposita salvaje no era todavía mía y estábamos en un estira y afloja, aunque sí me respondía mis poemas y eso era ya un alivio para el alma, los ateneístas se esforzaron en guiñarme el ojo y un resplandor repentino me hizo voltear a verlo.
Tomé una chelita y dije: “bienvenido maestro, empiézame a contar tu historia”. Desenvolvíme entonces en el prefacio-alcóholico más que interesante y descubrí a través de esas páginas muchas personalidades de principios de 1900. Llegaron a mi mente las tertulias y reuniones de los congregados y casi me pude desenvolver en las aulas y los campos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Imaginé el centro de la Ciudad en ese entonces y percibí la inquietud incesante que poseían ese aglomerado de intelectuales.
Cambio, revaloración de íconos, nueva filosofía, creación y exposición de obras de arte, cooperación hispanoamericana, un verdadero nodo sobre el que se articularía el origen de la literatura de 1906 a 1914. Muchos insisten, según Defossé, en hacer listas, enmarañar y deshilachar quiénes fueron los más importantes del movimiento, que si Matute hace una lista, que si Krauze la verifica y le añade etiquetas, que si Monsivaís aprueba o no a los que le apetece… Es un juego de plastilinas y colores con los que los historiadores, sociólogos, politólogos, regresan a la infancia y nos presumen cómo quedó la pieza de cada quien.
Parece que regresamos a maternal y nos dicen: la mía tiene cara naranja; pues la mía es verde y sólo tiene una nariz roja, y la mía es un escándalo porque está desnuda. Unos citan a los nietos de los Ateneístas, otros les piden documentos y al final cada quien debe decidir quién tiene el alebrije más bonito…

Y lo atrayente sería saber exactamente (conozco las implicaciones de esta afirmación pero el ideal histórico del espectador de cámara de cine es irresistible) cómo sucedió el grupo, dónde residía su cohesión, cómo pasaban las reuniones, quién se oponía a quién, ubicar la etiqueta con la cara del feo, el fuerte, el sabio…

Y sin embargo una cosa sí reprocho a los Ateneístas, ¿dónde quedó la inclusión de la mujer? ¿el nombre femenino es inexistente en sus listas? ¿era un grupo excluyente del sexo opuesto o sólo es que ellas nunca se acercaron a las actividades?

Hundido ya en estos pensamientos surgió la idea de reorganizar un grupo de discusión, claro, sin tratar de copiar este formato, con diferentes metas y pensando en un homenaje a los miembros de 1909. Esto sería imposible de recrear. Pero es plausible que un movimiento de revaloración de la UNAM se lleve a cabo desde sus aulas. Los problemas contemporáneos de la juventud y la percepción del exterior dista mucho de la de 1909, las formas, las instituciones, la cultura ha cambiado. ¿O no?

Todo empezará como un grupo de discusión, de lectura, de invitación a la socialización intelectual, actividad tachada en los groupes de pairs actuales en la UNAM. Al parecer uno sólo se puede reunir a embriagarse con un tema vacío en los labios y música estridente. Las conversaciones sobre la ropa, los automóviles, las nuevas tecnologías, los chismes y demás hechos vanos van y vienen como polvo en un torbellino. Al final sólo el malestar del alcohol invade las cabezas de los crudos post-fiesta y nada constructivo salió de esa unión. La palabra es un don poderoso, es un medio de transmisión de energía entre nosotros, los seres depredadores supremos.

¿Entonces ya murieron las tertulias? ¿Esos grupos de personas que se sentaban, sí tal vez a disfrutar un buen vino, pero acompañado de una calurosa discusión racional y constructiva, ya perecieron? Yo creo que sólo se han transformado y ahora es cuando debemos demostrar que si la Universidad posee tantos estudiantes y académicos, la suma de ese capital humano e intelectual nos convierte en el centro educativo más grande de Hispanoamérica para realizar un cambio de mentalidad, un análisis crítico de nuestro entorno y podemos comenzar a trazar las líneas de lo que llegará a ser nuestro futuro. Y cada quién añádale sus gustos, ya veo un Picasso pintando todos los planos de la imagen por aquí, Dalí con todo y sus bigotes se pelea con Rius por el pincel, uno ahora quiere caricaturizar el surrealismo y el otro quiere surrealizar la caricatura.

Y da la tarde y el solecito me pega en la ventana, indicándome que pasan de las 3, y si no me avoco a la tarea de Planeación Estratégica mi esfuerzo de este semestre será en balde. Mejor será que continúe otro día con mi plática, muchachos.

Un saludo.

1 comentario:

Xóchitl del Carmen dijo...

Hola, no lei completa tu ultima entrada =(, que mala lectora soy, pero si puedes pasate por mi blog y si lee todo completo,
Casi no encuentro gente mexicana, siempre argentinos , chilenos, españoles, y asi, que bueno que encontre a un mexicano con blog.
Yo keria estudiar teatro en la Unam, pero mis padre me dijeron que estoy loca, que nada mas ire a que me violen, i aparte como que no me apoyan en ese sentido de estudiar precisamente teatro, investigue en internet y vi las materias que llevan y asi, imprimi el plan de estudio y se lo esceñe pero pues bueno... ya se me paso ese gusanito, estudiare finalmente por aka, por mi estado veracruz =(, estudiare preescolar,tambien me gusta. Y al final creo ke no habria podido vivir yo sola en mexico en alguna pension, ademas de que habria reprobado seguramente, ah de ser bien dificil ahí en la Unam =(.

¿y de que trata tu trabajo? eske no lei. ¿que estudias?
Si tienes tiempito leeme en mi blog y si gustas comentas algo. Solo escribo lo que me pasa dia a dia.

Lindo dia!
:D