viernes, 13 de marzo de 2009

Matrix literario vs. Recursos Humanos






No, no, no y no. Me rehusé a entrar a esa clase matutina de Administración de la remuneración. Y es que no me parece agradable estar enconchado en clase, escuchando un debate sobre si a las personas debe de llamárseles capital o recurso humano. Y dicen que los aforismos deben ser resultado de la experiencia. Al parecer los que discuten la definición antes dicha en vez de ser administradores deberían ser paremiólogos.



Cuando uno entra a una conferencia, una clase, una película, lee un libro o se encuentra enfocando la atención totalmente en una consecuencia de la mente de alguien más creo que nos convertimos, nos moldeamos. Ingresamos al universo ajeno como bolitas de plastilina sin forma, y el contenido, las emociones, la estructura, el fondo, en sí cualquier elemento que recibamos nos transforma. He ido a clases donde salgo con personalidad de Shakespeare, o de Steve Jobs o de Obama o cualquiera de las mil y un babuchas que me he enfundado. Algunas me quedan, otras... mejor las retiro, pero gozo de una personalidad ajena por un momento. Pero en esa clase hasta los zapatos de Changoleón me quedan grandes. Salgo haciendo gala de convertirme en un antirecurso humano, o sea un indigente, un escaso, una penuria, una carestía o un desvalido.



Me llegué a encontrar en esa clase con mis páginas llenas, retacadas de dibujos que representaban mi anhelo de salir volando y escribir. Por aquí una playa, por allá un ave, por acá un equino en pleno hipódromo… y lo decidí. La valuación de puestos y la justa remuneración cursadas de 9 a 11 en el salón D105 de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México no serán jamás mi fuente de ingreso, de satisfacción de necesidades maslowianas, no y no.



Es mucho más intenso, agradable, gozoso echarse un café y leer a Taine, Spencer, Spinoza, Iglesias, Vasconcelos, que escuchar chucherías baratas y discusiones sin fondo de aforismos pseudointelectuales. Y sé que el resultado de entintar la hoja o de teclear letra tras letra en la compu siempre resulta desvariado, íntimo, exhibicionista, desleal. Pero, ¿no es precisamente ese sentimiento el que alienta al escritor a conformar sus enunciados? Y es grave porque puede volverse una adicción. Una completa obsesión, una necesidad más grande que la de comer: Al principio uno escribe después de alimentarse, después comparte ese tiempo de teclear o garabatear con una mordida de torta y un café... y cuando son profesionales se sumergen en su Matrix (en vez de ver un montón de numeritos como en la película, ven en letras) y el alimento son ellos. Yo apenas estoy en el segundo estadio, al parecer.



¿Escritor de profesión, cómo se llega a serlo? Creo que debes de vivir ensimismado en las olas de las letras que ordenas una y otra vez, una vez más, como ladrillos que nunca deben ser iguales, pero deben tener simetría, sustentarse, combinar, ser coherentes, verse bien, ser originales, no aburrir y, además de todo, expresar ideas, historias.



Por el momento mis historias se arrumban una tras de otra y la edificación es más una Torre de Pisa que un Palacio de Versalles. Algo al menos me alienta. Salir de la clase para entrar al mundo cibernético exige pasar entre la gente normal (así me lo han recalcado, creo que es aquella que habla de temas menos aburridos que yo y encima no se responsabiliza por ingresarlos a un blog, además cuando vienen a la facultad no piensan en escribir, sino en forjar su mente como un subterfugio de índole neoliberal y trabajar para Big Company con un salario de perro famélico y un horario de mula citadina). El caso es que pasar entre ese desfile de individuos me lleva a toparme con una o dos nenitas que de repente pasan y te guiñan el ojito, así, como no queriendo.

No serán Érato, Clío, Terpsícore, Melpómene, Talía, Urania, Calíope o la más sucia: Euterpe (es la más sucia porque toca la flauta, jaja). Pero si algo tengo es imaginación con las chicas y las visto de toga, las recuesto en esas poses de orgía romana, les invento una personalidad interesante y me deleito con esas comedias, óperas, tragedias mentales. Sí, ya sé lo que están pensando: este wey no tiene nada qué hacer, qué patético, cero realista…



Pero los que les dedicaban culto a las musas en Pieria, y aún hoy en día habemos algunos, invocamos las curvas sublimes de una mujer a la falta de materia en el pensamiento, pues de tenerlo vacío a llenarlo con los olores y sabores femeninos, prefiero lo segundo y muchas veces proporcionan las palabras y hechos que son materia prima de la escritura. ¿Robo de identidad? No lo creo, es sólo el incremento de las variables en el escenario, es un plus, un stock que nos saca de apuros en el momento de presentar la obra en el teatro ateniense. Está bien, seré más apegado a la realidad: son agarraderas chilangas y necesarias que te sacas de la manga cuando no te sale nada de la mente y la hoja está en blanco. ¿Felices?



En fin, sigo defendiendo la actividad estenógrafa sobre la de ser un escucha pasivo en una clase que sólo proporciona olores humanos concentrados, y a veces penas ajenas, a veces divertimentos en los que la pobre oradora no puede mantener la atención de un montón de nosotros sobre la materia más aburrida de la carrera. Lo mismo dirá ella de mí si leyera este blog. Citando a Oscar Wilde para defenderme “No existen más que dos reglas para escribir: tener algo qué decir y decirlo”. Además aquí me lee quien quiere y nadie se queda a la fuerza. Sólo yo. Ya escuché: ¡Obsesionado!

1 comentario:

Xóchitl del Carmen dijo...

Entonces te gustan los sabores de las mujeres. Muy bueno.
Yo no creo que seas patetico. Si es que lo eres, entonces eres un patetico lindo.
No es coqueteo.
Lei todo, y lo que me gusta de ti, es que escribes de acuerdo a tu edad.
Quiero conocer La Unam, la quiero coner. Yo queria estudiar ahí teatro, si te comente antes no?.
Pero aparte de eso de las violadas, jaja si, creo que ya te lo comente. Mi papa me dijo que los chicos de esa facultad, teatro esta en la facultad de... hay, en cual esta?.
Bueno, en esa. Me dijo que todos son asi como que... despreocupados, que no se preocupan por su forma de vestir, o que comen, o cosas asi. Es que no me acuerdo las palabras que el ocupo :$.
Y ultimamente yo me eh vuelto asi, me gustaria sentarme en el pasto y ya, ver pasar gente :D. Me hivuera gustado estudiar teatro. Actuar. Seria bueno actuar.
Bueno, deberia estar en cumbre tajin, pero no fui. Y en vez de eso te leo a ti. Buen entretenimiento. Me acuerdo cuando estava buscando blogs y vi tu fotito la del perfil, llamo mi atencion y entre.
=)
Lo recuerdo.
Buenas noches joven.
Saludos.